La dieta que podría matar la hambre del cáncer
Las células cancerosas funcionan como auténticas toxicómanas, ávidas de conseguir su “dosis” para seguir desarrollándose.
Esta droga que buscan a toda costa es la glucosa.
Mientras que las células sanas pueden funcionar igualmente con los ácidos grasos, las cancerosas tienen una auténtica fijación: sólo quieren glucosa. Y su voracidad es aterradora, pues necesitan veinte veces más glucosa que una célula sana.
“Necesidad”. Esta palabra ha despertado la curiosidad de un pequeño grupo de investigadores, que se han preguntado qué es lo que ocurriría si se les privara de eso que tanto ansían.
En otras palabras: ¿qué pasaría si, al dejar de consumir determinados alimentos quienes tienen cáncer, se privase a las células cancerosas de esa glucosa?
Investigaciones recientes sobre un régimen alimenticio muy concreto han demostrado que las células cancerosas a las que no se les permite acceder a la glucosa podrían quedar… ¡reducidas a un estado famélico!
De ese modo, podría detenerse drásticamente el desarrollo de un tumor. Al privarle de su alimento, comenzaría a debilitarse, a encogerse y, finalmente, acabaría por desaparecer.
La denominada dieta “cetogénica”, podría convertirse muy pronto en el tratamiento estándar para los enfermos de cáncer.
La dieta cetogénica es la causa de algunas de las mayores conquistas del ser humano, por ejemplo del asentamiento de poblaciones en zonas donde no había la más mínima posibilidad de que se desarrollase la vida.
Y esto es gracias a un mecanismo sorprendente del cuerpo, que tiene la capacidad de funcionar de forma normal en ausencia total de glúcidos (féculas, azúcares, cereales, entre otros) en la alimentación.
La energía se produce entonces utilizando las grasas corporales y las grasas alimentarias. El carburante que se produce en ese proceso ya no es el azúcar, sino lo que se llama “cuerpos cetónicos” (de ahí el nombre de la dieta cetogénica), una sustancia derivada de las grasas que pueden usar el cerebro, el corazón y los músculos para funcionar.
Los investigadores actualmente cuentan cada vez con más datos sobre los beneficios de la dieta cetogénica para luchar contra:
Esta droga que buscan a toda costa es la glucosa.
Mientras que las células sanas pueden funcionar igualmente con los ácidos grasos, las cancerosas tienen una auténtica fijación: sólo quieren glucosa. Y su voracidad es aterradora, pues necesitan veinte veces más glucosa que una célula sana.
“Necesidad”. Esta palabra ha despertado la curiosidad de un pequeño grupo de investigadores, que se han preguntado qué es lo que ocurriría si se les privara de eso que tanto ansían.
En otras palabras: ¿qué pasaría si, al dejar de consumir determinados alimentos quienes tienen cáncer, se privase a las células cancerosas de esa glucosa?
Investigaciones recientes sobre un régimen alimenticio muy concreto han demostrado que las células cancerosas a las que no se les permite acceder a la glucosa podrían quedar… ¡reducidas a un estado famélico!
De ese modo, podría detenerse drásticamente el desarrollo de un tumor. Al privarle de su alimento, comenzaría a debilitarse, a encogerse y, finalmente, acabaría por desaparecer.
La denominada dieta “cetogénica”, podría convertirse muy pronto en el tratamiento estándar para los enfermos de cáncer.
La dieta cetogénica es la causa de algunas de las mayores conquistas del ser humano, por ejemplo del asentamiento de poblaciones en zonas donde no había la más mínima posibilidad de que se desarrollase la vida.
Y esto es gracias a un mecanismo sorprendente del cuerpo, que tiene la capacidad de funcionar de forma normal en ausencia total de glúcidos (féculas, azúcares, cereales, entre otros) en la alimentación.
La energía se produce entonces utilizando las grasas corporales y las grasas alimentarias. El carburante que se produce en ese proceso ya no es el azúcar, sino lo que se llama “cuerpos cetónicos” (de ahí el nombre de la dieta cetogénica), una sustancia derivada de las grasas que pueden usar el cerebro, el corazón y los músculos para funcionar.
Los investigadores actualmente cuentan cada vez con más datos sobre los beneficios de la dieta cetogénica para luchar contra:
- Las migrañas.
- La enfermedad de Parkinson.
- La enfermedad de Alzheimer.
- Los tumores cerebrales.
- El autismo.
- La esclerosis múltiple.
No dudes en hablar con su medico sobre la dieta Cetogénica. En muchos tipos de tumores las mitocondrias se degradan y por lo tanto dependen de la glucogénesis para crecer. Esto se llama el Warburg. Si reducimos los niveles de glucosa podemos literalmente matar el cancer de hambre.
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